Madrid es hoy el epicentro de la movilización social al sur de los Pirineos: la cuna del 15-M y el 25-S, el escenario de las mayores protestas sindicales, las aulas en las que nació la Marea Verde y las primeras calles que cortó el funcionariado. Lo es por lógica, por su tamaño y su centralidad, por acoger las principales instituciones públicas y privadas (ay, Bankia de mis amores), pero también por tener un gobierno autonómico que es el primero de la clase y machaca todo lo público. Afortunadamente, con respuesta.
El exilio vallisoletano hacia Madrid es grande. Y me duele ver a familiares y amistades volcados en las calles madrileñas y que, sin embargo, sienten lejanía hacia IU y la votan con la nariz tapada, en el mejor de los casos. Cosa que no les ocurre en su patria chica. En Valladolid, y prácticamente en cualquier lado, a ningún portavoz de IU se le ocurriría decir que la gente que toma las plazas con sus reivindicaciones está privatizándolas. Nadie llamaría matones, chulos, ni nazis a las personas que increpan a alguien como Gallardón, porque una cosa es no compartir las formas y otra es sentir más empatía hacia cualquier político que hacia la gente de a pie. Pero no es cosa soalmente de declaraciones desafortunadas: yo creo que en ningún otro lugar se habría tenido a alguien de IU en el consejo de una entidad como Caja Madrid si no es para ser un caballo de Troya. Y mucho menos le habría permitido seguir sentado allí cuando pasó a ser Bankia, codo a codo con Rato o aupando a Goirigolzarri. En el resto de lugares pasa lo contrario: son los constructores los que nos llevan a los tribunales por no dejarles hacer a su antojo, son los equipos de fútbol los que se cabrean porque nos opongamos a sus pelotazos.
Juan Carlos Monedero, profesor de mi facultad, habla de ello en un vídeo en el que, como yo, desea que IUCM cambie. Este fin de semana tienen su Asamblea Regional y en ella se juega la credibilidad de IU, no solo en Madrid. Seguramente, sin un cambio será imposible que IU juegue un papel decisivo para articular una confluencia con todo lo que se está moviendo, y que es imprescindible para construir desde abajo un nuevo proyecto de país para la mayoría social. Y no es un cambio de personas lo que hace falta: es un cambio de cultura política, de la manera de estar en la calle y en las instituciones, de actitud y de discurso.
Por eso, me alegré de ver en el blog de Curro Corrales que Tania Sánchez y Pepa Merín habían presentado un manifiesto cargado de contenido, volcado hacia fuera y que, sobre todo, es coherente con la acción que ellas y otra mucha gente desarrolla día a día. Espero que sirva de inspiración para quienes este fin de semana tienen buena parte del futuro de la izquierda en sus manos.
10 IDEAS DE IU PARA MADRID
1.- Vivimos un momento de excepcionalidad.
La gravedad de la crisis social, económica y política desatada en
2008 y profundizada en el último tiempo nos hace conscientes de vivir
un momento de absoluta excepcionalidad, ante el que no podemos dar
respuestas ordinarias. El ajuste duro sobre los salarios y los recortes
en derechos y servicios públicos están poniendo en duda las bases mismas
de nuestra democracia, ya no se dan las condiciones materiales para las
políticas de pacto social como garantía de la cohesión de nuestras
sociedades
2.- La crisis no es sólo económica y, en la política, asumimos nuestros errores.
La contestación política y social a la brutalidad de esta crisis
no es patrimonio de las organizaciones tradicionales de izquierdas:
vivimos un momento de repolitización social en nuevas expresiones, que
está denunciando no sólo las medidas actuales de austeridad, sino
también el modelo político instaurado desde la transición. Muchas de sus
propuestas son coincidentes con lo que siempre ha defendido IU, y, sin
embargo, las estructuras de IU están al margen de esta explosión
política. Aprovechemos las coincidencias para cambiar el rumbo y atajar
la distancia entre nuestra organización y el potencial de este momento
político.
3.- Madrid en el centro de la propuesta y la acción.
La “bonanza económica” en Madrid ha estado asentada sobre la
expansión urbanística sin freno ni criterio de sostenibilidad alguno, y
la venta de los servicios públicos. Todo ello a costa del endeudamiento,
de las arcas públicas y de las economías familiares, para lo que ha
sido imprescindible la bancarización y control político de Caja Madrid.
La ‘cara B’ del modelo está emergiendo ahora con toda su crudeza:
desempleo, precariedad, impactos ambientales irrecuperables, hundimiento
del tejido productivo, o el drama cotidiano de los desahucios…
Esta es la realidad hoy, pero no hace tanto Madrid se veía así
misma como la locomotora económica capaz de distribuir la riqueza para
una vida más libre y mejor. Esa visión, compartida por amplias capas
sociales ha permitido el respaldo mayoritario a los gobiernos del PP.
Debemos reconocer que en 2003 el PP no sólo ganó las elecciones
comprando diputados corruptos, sino que inició la mejor de sus
victorias, la batalla crucial, la de la hegemonía.
Desde Madrid, con sus instrumentos de poder económico y
mediático, se ha construido la ficción de una identidad nacional donde
Madrid es la punta de lanza de un estado centralista, que en su lucha
contra las periferias nacionales, olvida atender a sus ciudadanía. Si
ésta ha sido la apuesta del PP para Madrid, queremos inaugurar un nuevo
tiempo para esta región, en el que la prioridad es el bienestar de sus
gentes, de la diversidad de sus municipios y barrios, y la
reconstrucción de esa identidad castiza de acción popular y espacios
comunes en las que integración de nuestra diversidad es el eje de una
identidad propia que no confronta con ninguna periferia, sino que será
piedra angular para la reconstrucción de un proyecto de país plural,
federalista y solidario.
4.- El territorio, centro de la acción política.
La cada vez más amplia demanda de más y mejor democracia, y la
vinculación territorial que está adquiriendo la defensa de los servicios
públicos fundamentales, nos obliga a reforzar la acción política en el
territorio. Barrios, pueblos y ciudades de esta comunidad van a ser el
terreno de lucha y organización política en los próximos tiempos.
En este objetivo es donde enmarcamos la acción de nuestros
concejales y concejalas y la apuesta por el municipalismo, y por frenar
el desmantelamiento de la democracia local que ha iniciado el PP.
Defender la acción municipal y la autonomía de los gobiernos locales, es
defender la democracia que más directamente puede ejercer la ciudadanía
y la construcción de poder popular.
En este marco, dos ejes están pendientes de mejorar nuestra
acción política: la articulación de la acción política en la ciudad de
Madrid con una coordinación efectiva entre asambleas de distrito y el
grupo municipal, y el apoyo a los pequeños municipios donde nuestra
organización empieza a ser un referente imprescindible.
5.-Aspiramos a más.
En el escenario social y político descrito, Izquierda Unida ha
tenido en las últimas citas electorales resultados que nos han permitido
salir de un largo periodo de incertidumbre, y consolidarnos como una
herramienta imprescindible pero aún insuficiente para la construcción de
una alternativa de mayorías sociales capaz de derrotar electoralmente
lo que ya agoniza políticamente. Para afrontar este reto con éxito, no
es el camino las operaciones extramuros o intramuros que atomicen la
capacidad de acción de la izquierda, sino la convergencia con la
sociedad hoy movilizada en espacios de acción conjunta, que traduzcan el
descontento y la indignación en poder político.
6.- Hay alternativas.
La definición que más se ha oído en este tiempo de la crisis, es
que no es una crisis sino una estafa. Explicar a qué nos referimos con
esto, es la base para demostrar que hay otras salidas posibles enfocadas
al bienestar general. El capitalismo no resuelve sus crisis, sólo las
desplaza. La crisis del sistema financiero ha desplazado el problema
económico de la banca a las arcas públicas, nos hemos hecho cargo entre
todos y todas de las pérdidas cosechadas en la economía de casino para
seguir garantizando la máxima de la banca siempre gana.
Apostamos por plantarnos ante la deuda. Las apuestas ciudadanas
por auditar la deuda pública, negarse a pagar la ilegítima y hacer una
moratoria de la restante recuperando la prioridad por el bienestar
colectivo y la inversión que nos permita salir de la crisis, son el
camino para recuperar soberanía, reconquistar derechos y relanzar la
economía, como hicieron países latinoamericanos en la década pasada.
7.- Ética y coherencia, principios irrenunciables.
Si alguien dice que IU es como el resto de fuerzas políticas
miente, pero si nosotros y nosotras pensamos que no hay nada que mejorar
nos estamos engañando. Transparencia, ética pública y coherencia de
acción y posición política son elementos irrenunciables en los tiempos
que vienen y, por tanto, son necesarios mecanismos rápidos y efectivos
ante cualquier sospecha de cualquier persona de IU.
Más y mejor democracia, unas finanzas limpias y transparentes en
todos los aspectos, una organización porosa donde todo el que quiera
participar encuentre la forma y el lugar de hacerlo, unos sistemas de
votación y elección de dirigentes y cargos públicos más abiertos y
democráticos, son ejes irrenunciables de un nuevo tiempo para IUCM.
8- Más mujeres, más feminismo.
A pesar de la labor de las mujeres de IU, a las que sólo debemos
reconocimiento y respeto, hoy seguimos siendo minoría en la militancia, y
manteniéndonos muy lejos de las esferas de poder político. Feminizar IU
no sólo es cumplir con las cuotas que jamás se han cumplido al 100%,
este tiempo será el de las mujeres en IU: paridad real en todos los
ámbitos es el compromiso, pero lo más importante es una apuesta de
futuro para generar las condiciones que permitan que esa paridad sea
real en la militancia. Para construir la sociedad de mañana no podemos
funcionar como ayer.
9.- No estamos solos, ni aspiramos a ser los únicos.
En IUCM no puede olvidarse la alianza histórica con el
sindicalismo de clase, en él sigue actuando buena parte de nuestra base
social, y junta a esta alianza hemos de impulsar redes políticas y
sociales más amplias e inclusivas. Si somos capaces de construirnos como
puente entre las diferentes formas de organización social y política,
seremos verdaderamente útiles a la ciudadanía. Ni renegando de nuestra
tradición, ni defendiendo corporativamente que nada cambie, seremos
garantía de que la explosión política no acaba absorbida por apuestas
populistas que no tienen en la transformación social su horizonte.
10.- No queremos resistir, aspiramos a vencer.
Ante el agotamiento del ciclo político se impone la imposición y
el blindaje institucional, la represión social y la criminalización de
la protesta, una forma de hacer política de imposición y blindaje
institucional. En este escenario, no está garantizada una salida cierta,
pero está abierta una brecha de oportunidad para reconfigurar las
fuerzas electorales. Será éste el primer paso para un cambio en el poder
y un cambio social. Son tiempos de astucia política, en los que debemos
aspirar a ser mucho más que la tercera fuerza política de Madrid. Es el
momento de aspirar a ser un referente imprescindible en la traducción
de la indignación social en poder político.